Πέμπτη 20 Ιανουαρίου 2022

ΙΒΑΝ ΔΙΕΣ

 


IVÁN DIEZ

 

SONETO

 

La encontró en el bulín y en otros brazos.

Sin embargo, canchero y sin cabrearse

le dijo al tiburón: hay que rajarse!

el hombre no es culpable en estos casos!

 

Y quedando bien solo con la mina,

pidió las alpargatas y ya listo,

murmuró, -cual si nada hubiera visto-:

cebate un par de mates, Catalina!

 

La mina, jaboneada, le hizo caso...

El tipo, saboreándose un buen faso,

la mateó, chamuyando de pavadas...

 

Y después, besuqueándole la frente,

con toda educación, amablemente,

le fajó treinta y cuatro puñaladas...!



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