JESÚS GARCÍA
CALDERÓN
LA MIRADA DESNUDA
También guarda el poema
un orden incompleto y decisivo.
Nadie puede tocarlo.
Nadie puede ocultar su desengaño
y se tiende hacia ti
como la tarde ciega se derrama
en ese atardecer que la resume.
Un poema está siempre desnudo.
Le arrebatan tus manos el ropaje
escueto del silencio.
Está siempre desnuda su mirada.
No traiciones su afán por conocerte
y préstale tu voz para que pueda
respirar y vivir y hacerse tiempo.
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