MARTÍN ADÁN
SONETO I
El conejo brotaba de la
pared. Así era.
Así es la Vida, Amor, con su cal y su canto,
Como dijo el Poeta, el otro de entretanto
Porque
la Vida, Amor, no es un tiempo siquiera.
Y
el conejo brotaba de su atroz primavera,
Porque todo es un vientre de hedor y desencanto.
No hay geranio que enjugue para su ser tu llanto
¡Ay, ni ese dios que hice como una flor rastrera!
El
conejo brotaba, vertical, tan humano…
Cuatro patas, no más, y sin ninguna mano,
Como el yo que me arrullo en cualesquiera lechos…
Así
es la Vida, Amor… semántica de quejas
Vanas, con un hocico cualquiera y dos orejas
Enormes, como un conejo de los hechos…
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