ΜΙΛΩΝΤΑΣ ΓΙΑ ΤΟ "ΜΥΘΙΣΤΟΡΗΜΑ ΤΗΣ ΦΕΡΑΡΑΣ" ΤΟΥ ΤΖΟΡΤΖΙΟ ΜΠΑΣΑΝΙ
PABLO NERUDA
UN CANTO PARA BOLÍVAR
Padre
nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire
de toda nuestra extensa latitud silenciosa,
todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:
tu apellido la caña levanta a la dulzura,
el estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,
el pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,
la patata, el salitre, las sombras especiales,
las corrientes, las vetas de fosfórica piedra,
todo lo nuestro viene de tu vida apagada,
tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,
tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre.
Tu pequeño cadáver de capitán valiente
ha extendido en lo inmenso su metálica forma,
de pronto salen dedos tuyos entre la nieve
y el austral pescador saca a la luz de pronto
tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes.
De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?
Roja será la rosa que recuerde tu paso.
Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?
Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen.
Y cómo es la semilla de tu corazón muerto?
Es roja la semilla de tu corazón vivo.
Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.
Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,
y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.
Y otra mano que tú no conociste entonces
viene también, Bolívar, a estrechar a la tuya:
de Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro,
de la cárcel, del aire, de los muertos de España
llega esta mano roja que es hija de la tuya.
Capitán, combatiente, donde una boca
grita libertad, donde un oído escucha,
donde un soldado rojo rompe una frente parda,
donde un laurel de libres brota, donde una nueva
bandera se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora,
Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.
Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.
Los malvados atacan tu semilla de nuevo,
clavado en otra cruz está el hijo del hombre.
Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra,
el laurel y la luz de tu ejército rojo
a través de la noche de América con tu mirada mira.
Tus ojos que vigilan más allá de los mares,
más allá de los pueblos oprimidos y heridos,
más allá de las negras ciudades incendiadas,
tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace:
tu ejército defiende las banderas sagradas:
la Libertad sacude las campanas sangrientas,
y un sonido terrible de dolores precede
la aurora enrojecida por la sangre del hombre.
Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.
La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,
de nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.
Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
"Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo".
ALVARO MUTIS
LA ORQUESTA
1
La primera luz se enciende en el segundo piso de un
café. Un
sirviente sube a cambiarse de ropas. Su voz gasta los tejados y en
su grasiento delantal trae la noche fría y estrellada.
2
Aparte en un tarro de especias vacío, guarda un mechón
de pelo.
Un espeso y oscuro cadejo de color indefinido como el humo de los trenes cuando se pierde entre los eucaliptos.
3
Vestido de amianto y terciopelo, recorrió la ciudad.
Era el pavor disfrazado de tendero suburbano. Cuántas historias se tejieron alrededor de sus palabras con un sabor de antaño como las nieves del poeta.
4
Así a primera vista, no ofrecía belleza alguna. Pero
detrás de un cuerpo temblaba una llama azul que arrastraba el deseo, como arrastran ciertos ríos metales imaginarios.
5
Otra luz vino a sumarse a la primera. Una voz agria la
apagó como se mata un insecto. A dos pasos de allí, el viento golpeaba ciegas hojas contra ciegas
estatuas. Paz del estanque... luz opalina de los gimnasios.
6
Sordo peso del corazón. Tenue gemido de un árbol. Ojos
llorosos limpiados furtivamente en el lavaplatos, mientras el patrón atiende a los clientes con la sonrisa
sucia de todos los días.
Penas de mujer.
7
En las aceras, el musgo dócil y las piernas con
manchas aceitosas de barro milenario. En las aceras, la fe perdida como una moneda o como una colilla. Mercancías. Cáscara débil del hollín.
8
Polvo suave en la oreja donde brilla una argolla de
pirata. Sed y miel de las telas. Los maniquíes calculan la edad de los viandantes y un hondo, innominado deseo
surge de sus pechos de cartón. Mugido clangoroso de una calle vacía. Rocío.
9
Como un loco planeta de liquen, anhela la firme
baranda del colegio con su campana el fresco olor de los laboratorios. Ruido de las duchas contra las espaldas
dormidas.
Una mujer pasa y deja su perfume de cebra y poleo. Los
jefes de la tribu se congregaron después de la última clase y celebran el sacrificio.
10
Una vida perdida en vanos intentos por hallar un olor
o una casa. Un vendedor ambulante que insiste hasta cuando oye el último tranvía. Un cuerpo ofrecido en gesto
furtivo y ansioso. Y el fin, después, cuando comienza a edificarse la morada o se entibia el lecho
de ásperas cobijas.
CARLOS OQUENDO DE AMAT
Ο ΑΓΓΕΛΟΣ ΚΑΙ ΤΟ ΡΟΔΟ
Στον καθαρό και απλό Χοσέ Μαρία Εγκούρεν
Φωνή αγγέλου φρεσκοκομμένο ρόδο
δέρμα ροδαλό άγγελος που κοιτάει τη θάλασσα
μεγαλώνει το χέρι κάποιου ρόδου που το κλαίει αστέρι κοριτσόπουλο
το συνάντησα το αστέρι σου χτες που κοίταζες πολύ το πάρκο
το αγόρι πιστεύει ότι η ζέβρα είναι ζώο
ενώ η ζέβρα είναι σαπούνι φυτικό
και το ρόδο είναι κουμπάκι φιλντισένιο
ή χελιδόνι στη θάλασσα ζωγραφισμένο του ολομόναχου άγγελου.
Μετάφραση: Γιώργος Κεντρωτής.
MARIO LUZI
ΠΟΥΛΙΑ
Ο άνεμος είναι μια τραχιά φωνή, ένα προμήνυμα
από κάποιο σμάρι που πότε-πότε βρίσκει απάγκιο
ή καταφύγιο σε τούτα τα ξερόκλαδα.
Ο όχλος τούτος όταν ξαναπιάνει το θλιβερό του πέταγμα,
αποδημεί για την καρδιά των βουνών, σ’ ένα μαβί
σκαμμένο μέσα σ’ ένα μαβί ανεξάντλητο,
ορυχείο απύθμενο στο διάστημα μέσα.
Η πτήση είναι αργή, δύσκολα τρυπάει
το γαλάζιο εκείνο που ανοίγεται πέρ’ απ’ το γαλάζιο
στον χρόνο εκείνον που κυλάει πέρ’ απ’ τον χρόνο· κάποια
πουλιά βγάζουν στριγκές κραυγές που κουτρουβαλιάζονται,
μα ποτέ δεν βρίσκουν επιφάνεια να χτυπήσουνε πάνω της.
Ό,τι μας μοιάζει εμάς είναι των κορυφών η κίνηση
την ώρα που –αδύνατο να το σκεφτείς
ή να το πεις– πάνω σε κάτι αόρατους μίσχους
μια αλλόκοτη άνοιξη ένα γύρο
ανθίζει με σύννεφα αραιά που τα βόσκει
ο άνεμος σ’ έναν ουρανό τη μια νοτισμένον
και καψαλισμένον την άλλη, η δε τύχη της ημέρας
ποικίλλει: χαλαζοπτώσεις, βροχές, αιθρία.
Μετάφραση: Γιώργος Κεντρωτής.