MARTÍN ADÁN
SESTA RIPRESA
La rosa que amo es la del esciente,
La de sí misma, al aire de este mundo; Que lo que es, en ella lo confundo
Con lo que fui de rosa, y no de mente.
Si en la de alma espanta el vehemente Designio, sin deseo y sin segundo,
En otra vence el incitar facundo
De un ser cabal, deseable, viviente…
Así el engaño y el pavor temidos, Cuando la rosa que movió la mano Golpea adentro, al interior humano…
Que obra alguno, divino por pequeño, Que no soy, y que sabe, por los sidos
Dioses que fui ordenarme asá ensueño.
Δεν υπάρχουν σχόλια:
Δημοσίευση σχολίου