ANTONIO CISNEROS
CUANDO EL DIABLO
ME RONDABA
ANUNCIANDO TUS RIGORES
Señor,
oxida mis tenedores y medallas, pica estas muelas,
enloquece a mi peluquero, los sirvientes
en su cama de palo sean muertos, pero líbrame del Diablo.
Con su olor a cañazo y los pelos embarrados
se acerca hasta mi casa, lo he sorprendido
tumbado entre macetas de geranio, desnudo y arrugado.
Estoy un poco gordo. Señor, espero tus rigores, masno tantos.
He envejecido en batallas, los ídolos han muerto.
Ahora espanta al Diablo, lava estos geranios y mi corazón.
Hágase la paz, amén.
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