VICENTE QUIRARTE
EN LA ANARQUÍA DEL SILENCIO
TODO POEMA ES MILITANTE
El reloj
que después de las cuatro me
enloquece
dice que te acercas con la
alegría de una noche en primavera:
sólo tu boca es tan roja
como las banderas que luchan
contra el viento.
Sólo tu piel tiene la luz para
los ángeles ciegos de mis manos.
Oh,
camarada mía,
cuando haga saltar uno a uno
los botones de tu blusa
comenzaré por hacerte
confidencias:
yo milito en la Liga de tus
Medias
y más que discursos mi
praxis será incendio
que
arranque la raíz de la costumbre.
No hay capitulación: sólo
ocupar tu dermis al milímetro,
chocar las molotov de
nuestras bocas,
brindar en honor del viejo
Hegel
y al tocarte los pechos
confirmar
la
irrevocable ley de los contrarios.
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