JAIME
SABINES
CÚBREME,
AMOR, EL CIELO DE LA BOCA
Cúbreme,
amor, el cielo de la boca
con
esa arrebatada espuma extrema,
que
es jazmín del que sabe y del que quema,
brotado
en punta de coral de roca.
Alóquemelo,
amor, su sal, aloca
Tu
lancinante aguda flor suprema,
Doblando
su furor en la diadema
del
mordiente clavel que la desboca.
¡Oh
ceñido fluir, amor, oh bello
borbotar
temperado de la nieve
por
tan estrecha gruta en carne viva,
para
mirar cómo tu fino cuello
se
te resbala, amor, y se te llueve
de
jazmines y estrellas de saliva!
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