CARMELINA
SOTO
LOS
AMANTES
Los
que se amaron deben quedar ciegos.
Porque
sus gestos sean sin sentido.
Porque
sus brazos giren sin gracia ni provecho.
Como
las tempestades…
ciegos.
Ciegos
como banderas después de la victoria
o
como las espadas
que
están siempre desnudas y gloriosas.
Qué
rencor por los ciegos
y
por las tempestades.
Y
por los que creen que el amor es la hartura.
Oídlo
bien: El amor es el hambre.
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