ALDO
PELLEGRINI
AL
ABRIR LOS OJOS
Al
abrir los ojos
espera la gran jornada de fatiga
y con la fatiga la seducción de los milagros
allí la luz de los leones ante las bocas que amenazan pronunciar palabras inútiles
Retroceden dos pasos
los pájaros anidan en las heridas
oh materia del dolor clasificada en pequeñas cajas portátiles
llevadas de aquí para allá
con sonrisas y aires fingidos
los noctámbulos penetran en las jaulas
pronunciando palabras ardientes
Al abrir los ojos
la multitud deslumbrada acude a presenciar la persecución
los que salen y los que entran, el judío errante y el emperador destronado y la bella Magdalena
con su humilde manjar de culpa, su tristeza erótica y su roto marfil
corren tras las estatuas sonrientes, las cosas en movimiento descifran su candor
Al abrir los ojos
el verdor se adelanta, el viajero impaciente abandona a su compañera sonámbula
el viento asoma su rostro expectante y una mano que se agita
aclara la rabia del humo
Al abrir los ojos
una atmósfera con corona de incendio
un confortante clamor de destrucción
los viejos camaradas se separan, el tiempo florece en las ruedas
¿no ha durado todo demasiado?
espera la gran jornada de fatiga
y con la fatiga la seducción de los milagros
allí la luz de los leones ante las bocas que amenazan pronunciar palabras inútiles
Retroceden dos pasos
los pájaros anidan en las heridas
oh materia del dolor clasificada en pequeñas cajas portátiles
llevadas de aquí para allá
con sonrisas y aires fingidos
los noctámbulos penetran en las jaulas
pronunciando palabras ardientes
Al abrir los ojos
la multitud deslumbrada acude a presenciar la persecución
los que salen y los que entran, el judío errante y el emperador destronado y la bella Magdalena
con su humilde manjar de culpa, su tristeza erótica y su roto marfil
corren tras las estatuas sonrientes, las cosas en movimiento descifran su candor
Al abrir los ojos
el verdor se adelanta, el viajero impaciente abandona a su compañera sonámbula
el viento asoma su rostro expectante y una mano que se agita
aclara la rabia del humo
Al abrir los ojos
una atmósfera con corona de incendio
un confortante clamor de destrucción
los viejos camaradas se separan, el tiempo florece en las ruedas
¿no ha durado todo demasiado?
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