MIGUEL RASCH ISLA
EL SECRETO
Guardo en mi triste corazón inquieto
un recóndito amor. Nadie lo ha visto
ni lo verá jamás, pues lo revisto
—para hacerlo más mío— del secreto.
Ella lo inspira en mí, pero discreto
nunca lo nombro ni en mirarla insisto
cuando, por un feliz don imprevisto,
de su vago mirar soy el objeto...
Callada vive en mis ensueños como
en virgen concha adormecida perla,
o leve aroma en repulido pomo.
Y si presiento en mi inquietud perderla,
a el alma bajo y con temor me asomo,
para poder, sin que me miren, verla.
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