DAISY ZAMORA
MARINA
Las muchachas
bocas demasiado rojas,
ojos presos en círculos
demasiado negros.
Oscuras ellas como anguilas
contrastan violentamente
con sus trajes de baño.
Andan de week-end
con unos viejos funcionarios internacionales
que beben whisky
y pagan su compañía con ropas y baratijas.
Ellos generosamente las obsequian
con su más tierna halitosis
y sus impotentes taquicardias.
Cardumen de sirenas o sardinas
lanzan las olas: guirnaldas y espuma.
Y brincan brincando mejor en la playa ardiente
que en las camas otoñales.
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