ROBERTO SOSA
DESPUES DE LOS ENCUENTROS
Sobrevivo y envejezco.
Respiro
el aire quieto de las fotografías.
Cruzo puentes tendidos sobre dos oquedades.
Tropiezo
y caigo envuelto
en repentinos lazos
dispuestos
por algunos abogados de mirada podrida.
(Los rostros aumentan
o desaparecen
con absoluta falta de misterio.)
hablo con campesinos,
con ocultos banqueros;
con mujeres rubias inclinadas en las flores.
Con poetas ya vencidos
por el vino y la noche
que cortan de un tajo la luna.
Veo en la ciudad un cuadro vacío.
Y advierto
lentamente
que se llena de plomo mi esqueleto.
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