RAFAEL GUILLÉN (1933)
MADRIGAL PARA TU CUELLO INTERMINABLE
Ese cuello oferente,
alta tersura en el trasluz, que el peso
morado y cobre de la tarde abate
tan despaciosamente,
rizados aires y mechón travieso;
ese temor que late
en el lugar exacto para el beso
-dulce pulpa y neblina-
que empieza junto al hombro y no termina...
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