CARLOS VILLAGRA
MARSAL (1932)
PRESENTE
Entre el árbol y el agua que extermina,
junto a su tronco resonante y duro
se ahoga el mundo y renazco ante la espina.
junto a su tronco resonante y duro
se ahoga el mundo y renazco ante la espina.
Contra un rasgueo triste, vago, oscuro
bastimento del pecho en correntada,
una creciente de contorno puro.
bastimento del pecho en correntada,
una creciente de contorno puro.
Tornan a su lugar los rostros. Nada.
Horizontal y lentamente asida
boya la voz en una remansada.
Horizontal y lentamente asida
boya la voz en una remansada.
A la orilla. Detrás, mengua la herida,
envejecen el yugo y la coyunda,
la médula en cenizas nos olvida.
envejecen el yugo y la coyunda,
la médula en cenizas nos olvida.
Mas surge una guaranía y me circunda
los huesos y el rezumo de mi nombre,
favorece mi sangre más profunda
los huesos y el rezumo de mi nombre,
favorece mi sangre más profunda
y me declara que el dolor y el hombre
se hospedan dentro de su mismo canto
y aunque recuerde el grito, aunque me asombre,
se hospedan dentro de su mismo canto
y aunque recuerde el grito, aunque me asombre,
trajinan solos, cierran mi quebranto
y al tocar su horizonte descoyuntan
estrellas sobre el filo de mi llanto.
y al tocar su horizonte descoyuntan
estrellas sobre el filo de mi llanto.
Al ser así, los huesos me repuntan
hacia un paraje antiguo de agonía
y por el centro, ahí donde se ayuntan
hacia un paraje antiguo de agonía
y por el centro, ahí donde se ayuntan
guitarras de vigilia y travesía
y el pulso grave, ciegamente fuerte,
de un jazmín al parral del mediodía,
y el pulso grave, ciegamente fuerte,
de un jazmín al parral del mediodía,
sin adiós ni temblor, azul de suerte,
por turbios tajamares jalonado,
es sutil el pregusto de mi muerte.
por turbios tajamares jalonado,
es sutil el pregusto de mi muerte.
Y en silencio auxiliar, arrebatado,
principio pues y sigo, alfar del hueco,
del molde de mi cuerpo desatado,
principio pues y sigo, alfar del hueco,
del molde de mi cuerpo desatado,
con sed desierta y despertar reseco,
con palabras de olor caliente, pleno
en la curva nocturna, eco tras eco
con palabras de olor caliente, pleno
en la curva nocturna, eco tras eco
de mi valle frutal cierto y moreno
en las cumbres del sueño, ya con rojos
machetes como nervios, al sereno,
en las cumbres del sueño, ya con rojos
machetes como nervios, al sereno,
termino acá, con un farol por ojos,
y arribeño del alba, rabelero,
aún con puños, con últimos despojos,
y arribeño del alba, rabelero,
aún con puños, con últimos despojos,
en diagonal perdida de lucero
entrego para el viento del poniente
esta picada abierta a sol entero
entrego para el viento del poniente
esta picada abierta a sol entero
desde mi propia tierra hasta mi frente.
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