JOAQUÍN
GIANNUZZI (1924-2004)
ESCULTURA
DE PEVSNER
Las curvas
grises, hacia arriba,
intentan un
encuentro ilimitado
pero el
conjunto gira sobre sí mismo.
El espacio
helado se cierra
en este
mundo y las líneas veloces
regresan
sin respuesta posible
desde el
remoto azul. Había una certeza
a partir del apoyo, en un punto
oscurecido.
El ojo encontró después
un eje
único y aunque la aventura
sólo quedó
resuelta en la materia
ahora está
creando una consistencia, una afirmación
sin termino
en esta
vida cegada
entre pálidos objetos manufacturados.
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