GUILLERMO EDUARDO PILÍA
TODO LO QUE HE AMADO YA ESTÁ MUERTO
día tras día alimento una pena:
desaparece en la boca del tiempo
—casi sin señas— aquello que se ama
tristeza de la pelota desinflada,
de títere con carcoma; también
de fin de una función de lanzallamas
día a día alimento algo ilusorio:
la obstinación por fingir que las cosas
que alguna vez he amado no están muertas
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