Σάββατο 3 Σεπτεμβρίου 2011

ΜΑΡΙΟ ΧΟΡΧΕ ΔΕ ΛΕΓΙΣ!


MARIO JORGE DE LELLIS (1922-1966)


CANTO A LOS HOMBRES DEL PAN DURO


Nacen, se reproducen, después mueren.
De cobre son y el cobre los golpea.
Llevan de cobre el corazón y la camisa.
Llevan de cobre las mujeres recias.
Llevan de cobre el ojo y los abuelos.
De cobre son y suenan.

Nacen, se reproducen, después, mueren.
Y es de cobre el vapor del caldo escaso,
de cobre el duro tálamo, la higuera,
el defendible hinojo,
la charla sobre el pan, el hasta cuándo,
las mesas de hule roto, la impaciencia
por ver caras alegres, frutillas, casas propias,
amigos bajo el sol, bajo la siesta.

Nacen, se reproducen, después, mueren.
Fueron cadetes de la industria,
albañiles de andamios,
fabricantes de cosas inútiles modernas,
paladines del aire y del martillo,
fregadores de pisos, humo de chimeneas.

Nacen, se reproducen, después mueren.
¿Quién obtuvo sus sangres?
¿Quién destinó sus vértebras?
¿Quién los puso de gallos en la aurora
caminando y gritando, pateando y acatando,
hirviéndoles la sangre compañera?

Yo los he visto hastiados hasta decir no quiero,
los he visto matando en frigoríficos,
matando en primaveras
en que todo nacía sin motivo aparente
como nacen las flores;
lo he visto con bolsas,
moverse, trabajando, cuando era
la hora de comer,
la hora egregia del amor y del descanso;
los he visto trepados a las torres,
trepados a las viejas torres,
dándoles cal, charlando con los ángeles,
mirando un punto de la tierra,
un solo punto vivo
al cual pertenecían
y por el cual hilaban sus días, sus esencias.

Los he visto volviendo a sus hogares
con la honradez al hombro, mirándose las piernas,
detallándose niños y costumbres,
algunas cosas que suceden,
pisándose las huellas,
hollándose los marzos, los octubres,
los panes sin almuerzo, las amargas cosechas
del frío, las amargas recolecciones para otros
y las amargas siembras
del cobre que resuena en el alma
como un gran acordeón tocando a fiesta.

Yo sé que nacen, sí.
Yo sé: se reproducen. Yo sé: se mueren.
Sé que suenan a cobre, sé que suenan
a rasgadoras fiebres, a pan hermoso y triste.
Tienen hijos de cobre, muy sonoros;
tienen mujeres recias,
cigarrillos baratos en los dedos,
hondas causas vitales manchando sus ojeras.

Están aquí y allá.
Suenan, resuenan.

Son de una gama gris.
Andan y trepan.

Naturalmente cobres, naturalmente solos,
tienen el sol cerrado sobre la mano abierta.
Y un día caen trizados por el tiempo,
con unos ojos amplios hacia el norte
y un pan duro indicando sus presencias.

Son esos hombres duros como el cobre.
Suenan, resuenan.

3 σχόλια:

  1. Un poema soberbio! Me quedé profundamente conmovida al leerlo. Tomé la libertad de divulgarlo en Twitter, indicando el enlace para la página DE LELLIS (MARIO JORGE):
    @TaniaAlegria_
    http://twitter.com/#!/taniaalegria_
    Siempre me sorprendes, Georgios.
    También por eso se te quiere.

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  2. Tania Alegria: De Lellis es soberbio, si! (Un aficionado de Boca Juniors come yo!). Yo non tengo Twitter, pero tu... OK! El Blog es libero para todos. Te abrazo.

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  3. Pienso que deberías inscribirte en Twitter, es una excelente manera de divulgar nuestras páginas, puesto que allí solamente se postean cortos mensajes (menos de 140 caracteres) que encaminan a los lectores para leernos en nuestros blogs. Además, se puede conectar automáticamente el Twitter a Facebook, lo que aumenta el ámbito de la divulgación.

    Desde ayer, 10 personas que leyeron mi tweet entraron a tu página a leer Mario Jorge de Lellis. Les gustó mucho.

    Si te inscribes en Twitter me encuentras en:
    @TaniaAlegria_
    http://twitter.com/#!/taniaalegria_

    Si quieres inscribirte en Twitter entra a:

    http://twitter.com/

    Luego me dices tu página para que vaya a seguirte.

    Abrazos.

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