ALBERTO GUILLÉN
SALMO AUGURAL
Igual que el viejo Pablo
fue postrado en el suelo,
me ha mordido el venablo
del infinito anhelo:
por eso, en lo que os hablo,
pongo el ansia del vuelo
yo he de ayudar al Diablo
a conquistar el Cielo.
Todo nos dice a voces
que debemos ser Dioses
como Luzbel lo quiso
porque nuestro destino
es hallar el camino
que lleva al Paraiso!
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