RAMÓN PALOMARES
AGUAS LUSTRALES
Cuando
se quedó atrás la oscuridad
me encontré desplazándome con fuerza incontenible
en el agua lustral de la primera noche -que atravesaba veloz-
mente todo rayo de luz
mi cuerpo
y miles junto a mí, todos hermanos, fluyendo hasta rabiar
fijos hacia delante, apremiando con furia.
Y el corazón ausente exigía más y más
y así llegamos.
Y ya el umbral,
apretujados y feroces
aquella impresionante multitud disímil y enconada
ardía en alaridos
Salté!
Y no pude volverme.
Y quedé solo -extraño y asombrado
creciendo fuegos y devorando un cielo ajeno
primero brasa, luego un sol, luego una inmensa estrella
rodando y dando saltos por espacios
que algún sueño ajustará a otro sueño.
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