LUIS VICENTE DE AGUINANGA (1971)
ESPALDAS DE LA HORALa pared se fue alzando con el día.
Su propio cimiento la escalaba
y un trance alterno de polvo y de pintura
se adhería en lo más alto al dibujo de las nubes.
La pared se ha ido alzando con el día.
Insectos, perros, manos fatigadas
como el sol que la impulsa o vientos leves
apoyan el cuerpo en sus laderas. Baja
el tiempo de la ciudad: se detiene a la sombra
de la pared que va creciendo. Con el día,
junto al día, tal vez a espaldas
de la hora y el turno, de la espera y el ciclo,
un muro acentúa el color de la ceniza
y lo conduce al violeta sanguíneo de los frutos.
Dibujo, altura, nubes. Puede ser que llueva.
La pared se levanta con el día.
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